Esta semana santa he tenido al suerte de disfrutar las cuestas de Oporto, el solecito y el calor, la lluvia y los truenos. De visitar una ciudad que deja huella, impactante, con espacios abiertos, y calles estrechas, con decadencia y refrescante pasado junto a modernidad punta en casas y mobiliario urbano.
Una ciudad abierta al río Duero y al Atlántico.
SaludoX