Estoy en Glasgow, Escocia. Reino Unido. Para asistir al Celtic Connections, el más grande, espectacular y famoso de los festivales invernales de música Celta y de raíz del mundo.
Miércoles 11 de Enero de 2006
Sin maleta. Espero que mañana aparezca, porque vaya desastre.
La ruta fue Madrid – París – Amsterdam – Glasgow.
El aeropuerto de París por el que he pasado es Charles de Gaulle. Muy moderno, menuda cubierta tiene! pero lleno de franceses chauvinistas.
Amsterdam se parece más a un centro comercial que otra cosa, con acceso a internet de pago por todas partes.
El de Glasgow es pequeño, pero a la puerta tienes los autobuses al centro que tardan menos de un cuarto de hora por la autopista.
En París hacía un frío del carajo, en Amsterdam llovía, y en Glasgow hacía más calorcito. Cuando llegué no llovía, cuando salí si, además sin maleta pero fue llegar al centro y parar de llover.
El centro de la ciudad es muy comercial, con calles anchas peatonales (pedestres dicen aquí, jajaja) llenas de tiendas, y como no, el Zara, faltaría más, jejejeje. En las afueras de la ciudad hay numerosas fábricas y empresas, y las torres de las Universidades se ven desde bien lejos.
Ayer martes 10, a última hora de la tarde, me mandaron un correo acerca de que la actuación de hoy miércoles de Carlos Núñez con miembros de la Fura dels Baus se cancelaba porque el montaje del escenario era demasiado grande para el Royal Glasgow Concert Hall, y que la Fura o lo hacía perfecto o no lo hacía. Así que me he quedado sin el primero de los conciertos del Celtic Connections, pero mañana jueves ya empieza lo bueno.
Nada más llegar vine al hotel y luego al Glasgow Royal Concert Hall a por las entradas que compré vía fax (la compra online no funcionaba). A medida que iba por una de las calles peatonales de Glasgow, Buchanan Street, marchaban dos bandas de gaiteros escoceses, con antorchas de cera por la calle. Luego supe que es la procesión de las antorchas, que da inicio todos los años al Celtic Connections.
Rebajas
Lo de la maleta es un fastidio, ya lo creo. Pero estamos de rebajas, así que me compré un par de camisetas del Glasgow Rangers, uno de los equipos de fútbol de la ciudad.
La ciudad es muy anglosajona, muy escocesa. Taxis ingleses, algún autobús urbano de doble piso, calles anchas, asfalto en calzada y acera. Pero a partir de las seis de la tarde que cierran la mayoría de comercios todo se queda casi desierto, excepto los bares y restaurantes, esos nunca cierran! 😀
Mañana, más. Un saludo desde el Celtic Connections !
Celtic Connections. Día 2. Jueves 12 de enero 2006
Apareció la maleta !!
La han traído del aeropuerto (Servisair) sobre las 9 de la noche, está un poco roto el plástico del tirador, pero el resto está bien, y sobre todo, está todo, valga la redundancia.
El día empezó dando un paseo al otro lado del río Clyde por el puente Victoria. En los carteles de tráfico señalaba que al otro lado estaba el centro antiguo de Glasgow pero solo vi enormes edificios de viviendas y grandes avenidas, con lo que me di la vuelta y crucé por un puente peatonal en suspensión.
El río es navegable. Glasgow no está demasiado lejos de su desembocadura, y debe ser en verano que un barco da paseos por el río. En su orilla más cercana al centro de Glasgow hay un paseo para peatones junto al río, con carril bici y un sorprendente monumento en homenaje a Dolores Ibárruri, la Pasionaria, y a todos los hombres y mujeres del Reino Unido que dieron su vida para luchar contra el franquismo en la Guerra Civil española.
El centro de la ciudad se asienta en dos colinas principalmente. En la más cercana al río, Blythswood Hill, se asienta la ciudad de negocios con modernos edificios de oficinas entre grandes edificios de piedra, y en la segunda colina, Garnethill, la zona noble y rica de la sociedad de Glasgow, con grandes fincas privadas, otras convertidas a casas para inquilinos, con habitaciones disponibles, residencias de estudiantes, colegios privados, la escuela de arte de Glasgow, edificio Art Nouveau del arquitecto Charles Rennie Mackintosh… Al final de Hill Street hay un mirador desde donde se puede ver hasta dónde ha sabido crecer esta gran ciudad, con numerosos edificios universitarios, grandes empresas manufacturadoras y fábricas, todo rodeado por autopistas.
Por la tarde se impuso una siesta, madrugué demasiado y anduve arriba y abajo, además de pensar a cada rato lo que perdí si la maleta no aparecía. Después de la siesta, comenzó el espectáculo.
Aly Bain
En el National Piping Centre, Aly Bain fue entrevistado, en una charla distendida y con todo el buen humor que él siempre sabe dispensar a la audiencia, dejando un tiempo para que cualquiera del público pudiera preguntarle lo que quisiera. Recordó viejos tiempos, reconoció que de joven le atrajo el Rock & Roll y Elvis Presley, pero que un violín ahí no encajaba, así que se quedó con la música tradicional, buscando cualquier cruce de caminos entre las músicas y los intérpretes.
John McSherry ‘At First Light’
John McSherry, cofundador de Lúnasa y de larga trayectoria musical en Irlanda, nos presenta su último disco ‘At First Light‘ acompañado de estos músicos:
Dónal O’Connor: violín
Tony Byrne: guitarra
Gary O’Brien: bodhran
John McSherry nos ha demostrado porque es famoso en el mundo tocando la gaita irlandesa. El grupo sonaba de miedo en la sala Strathclyde del Royal Glasgow Concert Hall. De principios intimistas sus canciones derivaban con maestría hacia animados reels. El concierto ha sido doble, por lo que solo han tocado una hora, para dejar pasado a Chris Stout Quintet.
Chris Stout Quintet
Chris Stout: violín
Catriona McKay: piano y harpa
Fraser Fifield: saxo
Malcolm Stitt: guitarra
Neil Harland: contrabajo
Un quinteto de lujo. Sonaba a mundo, a haber recorrido mucho mundo. El violín de Chris Stout se envuelve con el piano de cola, el contrabajo, la guitarra acústica y el saxo! Si, como lees, el saxo. En la primera canción estaba como loco buscando la gaita, pero ahí no había gaita, sonaba un poco distinto, pero se parecía tanto El grupo ha encontrado sus influencias en Nueva York, aunque todos son de Irlanda. El saxo a lo jazz en algunos momentos y el violín tocado como en las grandes orquestas de cuerda de la música clásica le dan un toque especial, y no por esto aburrido, sino que se atreven con todo tipo de reels y baladas.
Ha sido un largo día, pero mañana habrá más: una charla con Phil Cunningham y el espectáculo de Lúnasa y Le Vent du Nord.
Celtic Connections. Día 3. Viernes 13 de enero 2006
Esta mañana me he ido en tren a ver Edimburgo, su castillo, su ciudad Pero vayamos poco a poco.
Compré el billete de tren en Central Station de Glasgow. Central Station es una estación de trenes grande y antigua, en el centro de la ciudad, casi toda de grandes vigas de hierro, con techos y paredes acristaladas, por donde entra gran luminosidad. Por el desnivel de la ciudad, puede pasarse bajo la propia estación, por la calle Argyle, donde hay tiendas y locales como The Arches, club escocés que sirve de escenario al Celtic Connections.
Pero el tren a Edimburgo sale de otra de las estaciones de Glasgow, Queen Street Station, a pocas calles la una de la otra. Queen Street está en el centro de Glasgow, junto a George Square y muy cercana a la estación de autobuses de Buchanan. Es más moderna y pequeña que Central Station. Sus andenes están bajo techo, pero la salida de sus vías se encuentra a cielo abierto, e inmediatamente después pasan bajo la ciudad para salir de la ciudad.
Los trenes, como todo aquí, son muy puntuales. El tren a Edimburgo es muy moderno, cómodo, con servicio de catering por si te apetece comer o tomar algo Asientos amplios con suficiente espacio para las piernas y algunos dispuestos enfrentados con mesa para 4 viajeros. En el viaje de ida, las mesas estaban ocupadas por viajeros de negocios a la capital, con sus agendas, portátiles y móviles. El paisaje escocés que se ve desde el tren merece la pena no perdérselo. Valles, lomas y en muchas partes del recorrido se ven montañas muy, muy lejanas. Campos bien preparados, ganado suelto, sobre todo ovejas, pero sin olvidarnos de algunas vacas y dos cervatillos muy cerca de la cerca del tren.
Llegué a la estación Waverley de Edimburgo, que recibe su nombre por el puente Waverley, que une la ciudad en altura. La zona del castillo y el centro de la ciudad, una zona comercial y bien preparada para el turista. El parlamento y los edificios oficiales son imponentes, de grandes bloques de piedra que dan la sensación de solidez y fortaleza que parecen heredar del imponente castillo que domina la ciudad desde la colina donde se encuentra. Una colina de piedra, piedra en el suelo, piedra para el castillo. menos mal que hay algo de verde en la tierra 🙂
Edimburgo está abierta al mar, ocupa la desembocadura sur del río Forth, y la vista desde el castillo te hace sentir que dominas toda la ciudad. El castillo es puramente defensivo, grandes cañones de hierro jalonan sus murallas. En su interior todo está dedicado al Museo de la Guerra (suspiro), que hasta recrea cómo vivían los prisioneros de guerra. El cañón que marca la una del mediodía y toda la historia acerca de la idea romántica de ser ese cañonazo quien fija la sincronización horaria. Si un cañón decide estos asuntos no es de extrañar que en cualquier esquina haya gente reclutando jóvenes.
Phil Cunnigham
De vuelta en Glasgow, por la tarde, me lo he pasado genial con Phil Cunningham en el National Piping Centre. Ha hablado de presente y pasado de la música en Escocia y su contribución. Hasta ha hablado un poco de su futuro. Ha bromeado con los whiskeys que se tomaba y de cómo lo ha dejado, incluyendo el tabaco, por prescripción médica urgente y necesaria. Ha bromeado hasta de sus aventuras de productor en España, de la comida y de lo bien que se lo pasa cuando va por la península. Buscó a algún español entre el público pero mi timidez es más fuerte que las ganas de preguntar al maestro.
Le Vent du Nord
Con puntualidad inglesa, a las 21:30h en el New
Old Fruitmarket (reinagurado ayer mismo, día 12 de enero) Le Vent du Nord salía al escenario.
Nicolas Boulerice: Hurdy-Gurdy, piano, piano-acordeón, acordeón, bodhran, voces
Olivier Demers: violín, guitarra, voces, taconeo
Benoit Bourque: acordeón diatónico, mandolina, harpa de boca, baile, voces
Simon Beaudry: guitarra, voces
El grupo de Québec, región francófona de Canadá, está compuesto por 4 jóvenes músicos que suenan excelentes. Frescura y saber hacer, hasta se marcan unos bailes ‘zapateados’ y todo. Han sido un primer plato de lujo, porque después llegaban
Lúnasa
Suele sonar a chiste fácil, a frase de un periodista fan del grupo pero esta noche ha sido literal: el concierto de Lúnasa ha sido incendiario
Bomberos, policía pero os lo contaré bien, que así visto parece ‘Llamaradas
‘ en vez de un concierto bien calentado por Le Vent du Nord y bien cocinado por las ganas de Lúnasa.
Kevin Crawford: flauta, whistle, bodhran
Cillian Vallely: gaita irlandesa, whistle
Sean Smyth: violín, whistle
Paul Meehan: guitarra, banjo
Trevor Hutchinson: contrabajo
Terminaba la primera canción de Lúnasa, ajustando sonido a más no poder, cuando la megafonía del local nos ordenó salir tranquilamente por aviso de incendio en el City Hall, teatro de la orquesta sinfónica de la BBC de Escocia, que alberga de alguna manera al remozado viejo mercado de frutas de Glasgow.
Así que, sorprendidos, salimos todos afuera con un frío que pela. Llegaron dos camiones de bomberos, un coche de policía, y en menos de 10 minutos estábamos de nuevo dentro. O una falsa alarma o una colilla mal apagada en el City Hall.
El grupo se ha entregado al completo, lástima que el sonido con sus acoples en los bajos han empañado el concierto, pero estos chicos saben sobreponerse a todo, hasta hacen reiterada autopublicidad de su último disco 😀
Entre las canciones de esta noche, muchas de su último disco ‘Sé‘, otras clásicas y una compuesta por José Manuel Tejedor (creo que estaba solo entre tanto escocés en la sala, más de mil personas y ningún otro español) que sirvió para hablar de los hermanos Tejedor, una gran familia que les ha acogido siempre ejemplarmente. Y es que otra cosa no sé, pero acogedores los españoles un rato
El concierto terminó muy pronto, se les notaba con ganas, un par de bises hubiesen aguantado, lástima que el público estuviera contento con su algo más de dos horas de concierto, yo me veía fuerte para aguantar cuanto se nos viniera encima.
Old Fruitmarket
No os he hablado aún de esta joya, inmersa en la estructura del City Hall, que viene a ser lo que el Teatro Monumental de Madrid, el local para la Orquesta Sinfónica de la televisión pública escocesa (BBC Scotland Orchestra).
Entras al City Hall, pasas por una lateral de las escaleras principales, pasas un par de puertas y accedes al viejo mercado de fruta !! Pasas de un edificio moderno, de finales del siglo XX, minimal, sin ostentaciones, muy blanco en sus paredes y toques de gris y negro para las escaleras, para dar a una sala de techo de vigas de hierro, pavimento de calle, y una segunda planta en altura que forma un corredor a lo largo de todo el perímetro del mercado, con los carteles de los puestos de antaño. Un barra de un bar en una esquina del fondo, que no pueden faltar unas pintas en esta tierra 🙂 y un escenario en el fondo contrario. Un techo de madera y una iluminación que llama la atención al entrar forman este lugar recuperado para conciertos en Glasgow, en la zona denominada ‘Merchant City’.
Y mañana, unos desconocidos para mí hasta hace poco más de tres meses, que me los descubrió un compañero de trabajo, músico por cierto: Fairport Convention donde militara en su día Richard Thompson, que también estará en el festival, pero será otra semana y ya no estaré aquí para verlo.
Sed buenos, hasta mañana