Hola afición!
En Escocia estos días el viento viene del sur, hace bastante viento pero la sensación de frío es menor que en Madrid. Lo malo es que en Glasgow llueve demasiado, ahora llueve, ahora lo deja.
En cambio, Edimburgo, es una gran ciudad. Monumental en toda su extensión, de ambiente cosmopolita, más urbanita. Da la sensación de estar más europeizada que Glasgow, que parece mantener un aislamiento a lo diferente. El Museo de Arte Moderno está en un edificio de corte neoclásico. En cambio, Edimburgo es una ciudad mucho más abierta, donde se combina la tradición y se aprovechan de ella para modernizarla. El castillo impresiona, no ya solo por su altura, inexpugnabilidad, sino por su museo de la Guerra, y de los que dieron la vida por Escocia y el Reino Unido. Demasiado escabroso.
En Escocia abunda la piedra y el asfalto, junto a grandes valles y verdes lomas. Los edificios son de fuerte piedra, y las aceras no son de adoquines, sino de grandes losas de piedra.
En el tren de camino a Edimburgo vi cervatillos (como Bambi), vacas y cómo no: ovejas. Muchas ovejas. Y es que su lana es famosa en el mundo entero, más que por su calidad por su manufactura, ya que la mayor parte de la lana es importada. El jersey que compré el otro día es muy calentito. Parece que trabajar bajo tanta lluvia les motiva para hacer buenos trabajos con la lana.
Bares, whisky de malta y cerveza
Hay un buen número de bares en Glasgow, no tantos en el centro de Edimburgo. Eso si, a todas horas hay grupos de gente bebiendo en sus mesas. A simple vista, se beben más pintas de cerveza, que de whisky. Pero nadie vocifera por las calles contentos por el alcohol ingerido, se desquitan frente a un buen partido de fútbol dentro de los bares.
A primeras horas de la mañana, aún de noche, los escoceses acuden a sus lugares de trabajo, sobre las 12 del mediodía salen a tomar un tentempié, suelen ir a sitios de comida rápida y llevárselo a la oficina a comerlo o lo comen de camino a ella. Otro tema es el de los escolares. Salen a tropel de los colegios pago a las pizzerías, bocadillerías y supermercados, dando la sensación de ser un grupo perfectamente preparado para, en menos que quieres darte cuenta, tomar posesión de las calles. Qué marea de chavales!
Los comercios cierran pronto, solo quedan abiertos los bares, restaurantes y demás vicios nocturnos, entre ellos las salas de conciertos del Celtic. En la mayoría de bares hay música en directo cada noche. Las calles parecen desiertas, pero están dentro de los locales o en el viejo mercado de fruta en la zona llamada Merchant City. Es un viejo mercado recuperado para albergar una buena cantidad de bares y restaurantes, donde se está calentito. Alrededor hay un buen número de restaurantes selectos, de comida internacional, que la comida local no se ve por muchos sitios.
Tampoco dispongo de muchos medios para valorar la gente, el ánimo y las costumbres escocesas o más concretamente de Glasgow, mi conocimiento del idioma requiere un paso urgente por alguna buena escuela de idiomas. Aunque ya tengo el oído enseñado para entender muchas cosas de las que me preguntan. Aunque es gracioso encontrarse con extranjeros hablando su idioma, esperas que hablen este idioma bárbaro, y te encuentras con sorpresas como que hablan español, algunos con acento mexicano, eso si.
Lo mejor de todo, que la aventura continúa.
Nos vemos!