Underwater Tea Party

La vida a veces te ofrece este tipo de cosas.

Llega una invitación de una amiga, que unos colegas están en concierto, pero además de conocidos lejanos dice que son buenos. Eso habrá que verlo.

Viernes 15 de diciembre 2006, sala El Sol, Madrid

Los teloneros de cuyo nombre no puedo acordarme eran una mala imitación continuista de los Planetas, aunque sonaban bien, la voz del cantante no pegaba ni con cola.

Llega el momento de los Underwater. Puro optimismo, alegría, buen rollo. Aunque metidos en la escena indie – alternativa española, en plan ‘gafapásticos’, van más allá. Algo de virtuosismo en las manos de estos chicos, una batería en su sitio, el bajo de Irene al que debían dejar ‘oírse’ más, coros bien perfilados, un teclado en plan diseñador místico invitado al concierto pero sonando de p.m y la voz de Clara, la cantante del grupo, sonando como un buen grupo, como si lo tuvieran muy claro, como si estuvieran muy rodados.

Tocaron todo su primer disco, Suburban Monotone y uno o dos temas nuevos, que sonaban mejor incluso que todo el resto, un villancico nada navideño, como dijo su cantante «es un villancico porque lo tocamos con los cascabeles…».

Un concierto muy bueno y alegre, buen sonido de la Sala El Sol y un público con ganas de pasarlo bien, con la hinchada de la familia del grupo vitoreando de fondo. No suenan a indie al uso, son ‘ruidosos’ pero no aporrean las cuerdas en demasía. Su nuevo disco promete mucho.

Underwater Tea Party son:

Clara Martinez, Mikel Alberdi, Martí Perarnau, Irene Bonilla, Javier Cantudo

Mikel Alberdi, Martí Perarnau, Javier Cantudo vienen del grupo Sixty Nine Million Inches. Estoy escuchando su disco, de estilo bien difernete, pero de escucha agradable. La guitarra electroacústica suena bien, si nos ponemos en plan criticón… facilona y machacona, suena casi igual en todo el disco, pero eso es ahora que acabo de empezar a escucharlo 😉

Una noche inolvidable, con el recuerdo del disco en el bolsillo.

Fotos tomadas con el móvil, perdonad la calidad, la intención es lo que cuenta